Un comentario de Manoli en el anterior artículo me ha obligado a volver a reivindicar el uso de las bolas chinas como instrumento de placer. Ya lo hemos hecho otras veces, y hemos incluido algunos relatos de usuarias de bolas chinas, pero nunca está de más recordarlo.
En muchos foros se habla del uso de las bolas chinas por sus propiedades terapéuticas en el fortalecimiento de la musculatura pélvica. De hecho, como hemos visto en otros artículos, sus cualidades para evitar problemas de incontinencia urinaria, de vaginismo, … son cada vez más reconocidos por la medicina, y ya no es extraño que sean recomendadas por los ginecólogos, o analizadas en estudios científicos. Pero las bolas chinas también se han utilizado y se utilizan como instrumento de placer. Y hasta en su origen, parece que se utilizaban para facilitar la lubricación.
Debemos reivindicar sin tapujos esta faceta que es tan importante como la terapéutica. A estas alturas todos sabemos que una buena salud sexual es imprescindible para mantener una vida sana tanto física como mentalmente. Y las bolas chinas son el instrumento ideal para ello.
Las podemos utilizar en solitario o acompañadas, en casa o fuera, podemos aprovechar las vibraciones que producen sobre nuestra vagina, o podemos utilizarlas como un juguete que puede llegar a acariciar nuestro clítoris o nuestro punto G, podemos pedir a nuestro chico que nos de placer con ellas, podemos utilizarlas para enseñar a nuestro chico como nos gusta que nos acaricien, enseñar donde están nuestros puntos de placer, y muchas otras posibilidades …
Pero la frase que mejor refleja el uso que se le pueden dar a las bolas chinas como juguete erótico es la que aparecía en un foro de parejas en donde una chica nos contaba que hacía cuando quería tener buen sexo con su pareja:
“ … me pongo las bolas chinas y me voy a dar un paseo. Entre el morbo de estar en un lugar público con ellas puestas y las vibraciones que voy notando a cada pasito acabo completamente excitada. Cuando llego a casa le digo a mi chico que llevo las bolas chinas puestas y necesito alguien que me ayude a quitármelas. No falla…”
No creo que haya ningún chico, ni chica, que se resista a esta propuesta.
¿Cuál es vuestra opinión?