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GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y EL PESARIO

Cien

En 1967 fue terminada de escribir la obra de García Márquez “Cien años de Soledad”. El libro describe la vida de una familia desde que participan en la fundación de un pueblo de la zona bananera del Caribe, Macondo hasta la muerte del último descendiente de la familia, un bebé.

Uno de los miembros del extrañísimo árbol genealógico de la familia, Fernanda, cuyo carácter es agrio y disciplinado, vive de puertas a dentro de su casa, y sufre el desamor de su esposo, quien mantiene una relación más o menos estable con otra mujer. Fernanda establece correspondencia con unos médicos invisibles, a los cuales pasa años consultando sobre sus dolencias.

En un pasaje del libro su autor escribe: “….Pero antes de que cumpliera con el reposo previsto, recibió una carta desconcertada de los médicos invisibles, quienes decían haberla registrado durante seis horas sin encontrar nada que correspondiera a los síntomas tantas veces y tan escrupulosamente descritos por ella. En realidad, su hábito pernicioso de no llamar a las cosas por su nombre había dado origen a una nueva confusión, pues lo único que encontraron los cirujanos telepáticos fue un descendimiento del útero que podía corregirse con el uso de un pesario”. … “ decidió amordazar la vergüenza para preguntar qué era un pesario…” … “Entonces se confió a su hijo José Arcadio, y este le mandó los pesarios desde Roma, con un folletito explicativo que ella echó al excusado después de aprendérselo de memoria, para que nadie fuera a conocer la naturaleza de sus quebrantos…”. (José Arcadio, está en Roma siguiendo su carrera religiosa).

Tras leer este texto, busqué en el glosario de términos que incorpora el propio libro al final del mismo, no porque no me imaginara su significado, sino porque quería estar segura de a qué se refería:

PESARIO: “aparato que se coloca en la vagina para corregir el descenso de la matriz”.

Me llevé una grata sorpresa, ya que la definición era del todo aclaratoria, a Fernanda la habían recomendado unas bolas chinas. (Nunca como en esta novela había comprendido el carácter extraordinariamente cíclico del tiempo. Hoy en día volvemos a descubrir métodos científicos que sin duda alguna llevan eternidades inventados.)